No va de plantas, pero también: hay personas que dicen que no se les dan bien las plantas. Lo que suele pasar es que no son capaces de entender los cuidados que necesita una planta para crecer y que cada planta tiene sus necesidades. Si entierras las raíces de una orquídea, tendrá que esforzarse mucho para sobrevivir y gastará energía en sacar raíces aéreas para captar el sol, por lo que no le quedará energía para florecer. Si no riegas las petunias a diario, las matarás de sed, se secarán y morirán. Sin embargo, si riegas un cactus a diario, un día verás que tiene la base podrida, ya no se sostiene en pie, porque con tanta agua ahogaste su diminuta e irrecuperable raíz. Cuando veas la podredumbre, ya será tarde y estará muerto.
A mí me gustan las plantas. Se me dan bien. Las entiendo y procuro conocer qué necesidades y cuidados tiene cada una. Por eso tengo orquídeas, cactus y muchos tipos diferentes.
Con los amigos pasa lo mismo: somos diferentes y cada uno tiene sus necesidades. Si quieres saber qué cuidados necesita tu amigo, tendrás que irlo averiguando. No vale con que le riegues todos los días porque te gustan las petunias porque, ¿sabes qué? Igual es un cactus y lo ahogas.
Yo no tengo petunias porque no me gusta tener que regar todos los días. Sí, soy dejada y perezosa. Me gustan las plantas que tienen más autonomía y cuya vida no depende de que yo me acuerde todos los días de que tengo que regarlas. Por eso tengo la casa llena de cactus, plantas crasas, orquídeas y plantas que me necesitan para que las cuide, sin ver en ello una obligación ni una tarea diaria inamovible, y que me regalan sus flores muy de vez en cuando. No me importa que no florezcan mucho, sus flores son muy especiales.
Hace unos minutos recibí un mensaje por whatsapp de mi pareja. Un mensaje escueto, un «te quiero» y «espero que mañana tengas buen día». Esa ha sido su flor. Y la aprecio enormemente, porque nosotros no solemos mandarnos mensajes, más allá de cosas importantes como preguntar cómo fue la reunión, la consulta del médico o si estás mejor del resfriado. Lógicamente, somos 2 cactus.
Petunia y cactus no pueden estar en la misma maceta, uno de los dos no sobreviviría y, probablemente, saldrían dañados los dos al intentar encontrar un riego medio para ambos. No hay riegos medios. Cada uno necesita lo que necesita y, ni todos necesitamos lo mismo, ni todos somos capaces de dar lo mismo.
Sé que las petunias son muy alegres y vistosas en las jardineras en verano asomando por los balcones… Pero no te empeñes en plantar petunias si no las vas a regar todos los días.
Y los cactus son muy atractivos, con esa pinta de duros, imponentes, capaces de sobrevivir ante las más duras circunstancias… Pero no te empeñes en tener un cactus si lo que te hace ilusión es poder regarlo y abonarlo a diario.
No se te dan mal las plantas. No se te da mal hacer amigos. No eres un desastre de jardinero ni como persona… Simplemente, te empeñas en cuidar y tener lo que no va contigo… Y luego vienen los lloros porque te cargas hasta las plantas de plástico. Y yo, para lloros y victimismos porque no soy una petunia, no estoy. Que ya he dicho que soy un cactus y que, como todos los cactus, tengo pinchos.
Para estar todo el día encima acariciándome, regándome y pidiéndome flores, mejor te compras un gato y una petunia. Y si eres una petunia, si ya sabes que lo mío no son las petunias, para qué te empeñas en que te haga florecer con mis cuidados, si me voy a amargar de verte todos los días diciéndome: «¡riégame, que me seco!»
Amiguitos, no seamos inconscientes. Que luego nos resulta muy fácil decir: «esto me pasa por bueno» y lo que te pasa es que eres una petunia pretendiendo estar en la maceta de un cactus y el cactus no es malo, sólo diferente. ¿Y tú eres una petunia, un cactus o un geranio?
Otro día ya hablamos de las plantas carnívoras, que esas merecen mención aparte.