Un silencio que hiere
las paredes de mi cuarto,
una ausencia que me embriaga
y me emborracha a su paso,
un sueño desvanecido
y roto en mil pedazos…
el mundo resulta pequeño
si no te tengo a mi lado.
Los años pasan sin ti
y el tiempo no te ha enterrado,
sigues vivo en mi recuerdo
y aún sueño a veces despierta
que sigues estando a mi lado,
que cumplirás tu promesa
de pintar en los espejos
dibujos que solo yo entiendo.
Y me torturo pensando
que podrías estar vivo
y hacer que fueran verdad
los sueños que juntos creamos.
Esta casa es muy grande
para vivir en el pasado
soñando que vives conmigo
como habíamos planeado.
Tengo el corazón roto
y tú tienes los pedazos.
Devuélveme la alegría,
devuélveme tus abrazos,
tráeme de nuevo la risa,
mata de una vez el llanto
que dejo salir por las noches
y al amanecer me guardo.
Sé que pido un imposible,
pero es que te quiero tanto
que siento que dentro de mí
me sigue faltando algo,
un parte de locura,
una sonrisa de niño,
una canción sin sentido,
un atisbo de ternura.
Los días pasan sin miedo
y aunque no lo he superado,
aún sin ti sigo viviendo,
sintiendo dentro de mí
que algo me está matando,
que esta ausencia de ti
me transtornó en el pasado
y a veces me hace pedir
que me lleves a tu lado.
Perdón por hablar así,
perdón por no ahogar el llanto,
perdón por no amarme a mí
igual que quise a mi hermano.